Uno de los monumentos más interesantes y polémicos de Londres se ubica en el lado norte del puente de Westminster. Es el monumento a una reina guerrera y sus dos hijas. Por las muchas ambigüedades y versiones míticas de este personaje pueden surgir dos postulados contrapuestos.
Boudica o Boadicea – como la nombraron los romanos; fue una valiente líder del pueblo celta que se levantó en contra de la tiranía Romana. Esta es la versión más aceptada. O fue una vil arpía que causo una terrible masacre sin importar edad, sexo o proveniencia de sus víctimas. Esta es una interpretación que también se puede aceptar, según los acontecimientos.
El problema es que no tenemos una versión de los hechos relatada por los celtas. Tenemos la versión de Tácito que escribió como 40 años después de los eventos, repitiendo e interpretando lo que escuchó de su suegro protagonistas. Pero más o menos la cosa fue así.
Boudica fue una reina celta de la tribu Iceni que dominaba la zona que ahora se llama East Anglia. Su marido; el rey, tenía un convenio especial con Roma que le permitía vivir tranquilo siempre y cuando pague sus tributos. Cuando en el año 60 DC muere, deja sus territorios en manos de su mujer Boudica, sus hijas, y el resto para Nerón en Roma.
La idea era que al ceder sus tierras, Roma respetaría el convenio que tenían con él, y al ser co-propietario del reino los protegieran de sus enemigos. Pero no tomó en cuenta la idiotez y codicia del procurador Decianus Catus que al enterarse de esto fue a desbaratar todo. Cometió una de las torpezas políticas más grandes de la historia. En vez de cumplir sus funciones como recolector de impuestos, al enfrentarse con Boudica repudió el arreglo. La reina fue torturada en público y sus hijas violadas por centuriones.
No se sabe cómo trascendió la reunión. Tal vez la arrogancia de los romanos produjo una postura negativa por parte de Boudica. Los romanos no aceptaban que una mujer sea reina y les diga cómo son las cosas y menos una celta que para ellos eran algo así como bárbaros. La realidad es que no lo eran, pero esa es otra historia.
Lo que sucedió después excede todo cálculo estratégico. Boudica se pasó los próximos meses haciendo acuerdos con las tribus cercanas, inclusive con algunas que habían sido enemigos de su marido. Logró un ejército de hombres, mujeres y niños y se lanzó contra tres ciudades. Colchester, Londres y Saint Albans. Lo que hizo es tan descabellado como lo que hicieron los romanos. Solo que los números eran otros. Se calcula que mató salvajemente a unas 80.000 personas; cruelmente, entre romanos, británicos citadinos, mujeres y niños. Ni los perros se salvaron. Quemaron y saquearon todo.
Boadicea no era una estratega marcial y contaban con la fuerza de los números. 230 mil contra 10 mil a lo sumo.
Logró formar un gigantesco y barbárico ejército de casi 230 mil personas. Fueron al encuentro de Paulinus el gobernador de Albión – como llamaban los romanos estas tierras. Paulinus era un militar entrenado y estudioso de la estrategia bélica que estudió a Julio Cesar. Los Iceni no tenían entrenamiento militar, Boadicea no era una estratega marcial y contaban con la fuerza de los números. 230 mil contra 10 mil a lo sumo. Pero en el siguiente combate Paulinus estudió el terreno; se posicionó en una colina rodeada de bosques y fue muy difícil para los Iceni atacar en masa y aprovechar su ventaja. Durante el día los Iceni se fueron cansando y frustrando y terminaron por perder el combate con muchísimos muertos. También había un tema logístico. Entre las tribus había desconfianza, no se hablaba un idioma común y no tenían nada para saquear. Alimentar a tanta gente no es fácil así que se fueron replegando y perdieron la iniciativa.
Boudica abandonó el conflicto y antes de ser capturada, la leyenda cuenta que se quitó la vida tomando veneno. Su cuerpo y el de sus hijas nunca fueron encontrados. Puede que sus hijas se hayan salvado. Luego del combate de Watling Street, Paulinus se retira a Roma y es reemplazado por alguien más político que logró calmar las cosas y los romanos se quedaron 400 años más. Siempre con problemas e insurrecciones pero nunca con un desastre como causó Boudica. Este fue históricamente hablando una “singular excepción” como cuenta la historiadora Lady Antonia Fraser en su libro de Reinas Guerreras.
Nadie sabe dónde está enterrada Boudica. Hay como 10 sugerencias. Inclusive una que dice estar debajo de la plataforma 9 ¾ de la estación Kings Cross. Boudica es una figura real. La más antigua representada en Londres con un monumento, pero hay mucho que es folklore y mitología romántica. Aunque se tardó más de 1800 años en hacerle el monumento que hoy podemos contemplar en Londres en la plaza del Parlamento.
¿Porque tiene un monumento en Londres?
Bueno, ahora viene un gran ejemplo de interpretación romántica de la historia. El príncipe Alberto y la reina Victoria fueron una pareja real excepcional. Se querían con pasión y tuvieron 9 hijos. En 1851 luego de 10 años de matrimonio el ardiente Alberto tuvo la idea de hacer un monumento de su esposa pero como si fuera Boudica. Ya que el significado es sinónimo de Victoria. Prestó un par de sus caballos para que el artista Thomas Thornycroft.
La idea era representar la lucha contra la tiranía con una mujer guerrera vestida como diosa griega. Acompañada por sus hijas como guerreras amazónicas en un carruaje bélico arrasando con los romanos. Todo muy romántico y lindo pero muy distante de la realidad de los hechos. El escultor logró hacer el modelo de la estatua pero por problemas de fondos, indecisión, escaso interés público, político y la salud de Alberto demoró 50 años en completarse. El molde de yeso fue completado y quedo a la espera de instrucciones. Finalmente en 1902 el hijo del escultor logró hacer la estatua en fundición de bronce y colocarla en el puente de Westminster. Ni Alberto que murió en 1861, ni Victoria que murió en 1901 ni el escultor que murió en 1885 vieron la estatua completada.
El monumento está lleno de inconsistencias con los hechos. En una era súper misógina el retrato de la reina guerrera es una idealización extrema. Por un lado no se sabe las proporciones de Boudica, pero la representan como una alta y esbelta joven. La Reina Victoria en cambio media 1,52 mts y su cintura medía 127 cms. Boudica mira hacia el parlamento. Y ella lo menos que hizo fue parlamentar con sus víctimas. A sus espaldas se situaba la ciudad de Londinium que en aquella época no tenía defensas y quedó totalmente carbonizada con cadáveres de familias enteras desparramados por sus calles. Thornycroft y Alberto decidieron representar a Victoria (Boudica) como si fuese Atenea, diosa guerrera hija de Zeus. Nada puede estar más lejos de la verdad.
Otra curiosidad del monumento es su posible vínculo con otro monumento que se encuentra a 100 mts. La estatua de Sir Winston Churchill. El escultor de la estatua lo representa mirando en dirección a Boudica. No al parlamento como sugieren algunos. Su mirada está clavada en dirección a la reina guerrera. Cómo ofreciendo un reconocimiento a su valor y valentía en luchar contra la opresión. Muy curiosa contradicción de parte de un reconocido anti feminista. Pero bueno en la misma plaza del parlamento hay un monumento a Mahatma Gandhi quien Churchill odiaba y Millicent Fawcett quien fue una gran líder del sufragio femenino. Estas son las naturales contradicciones que Londres ofrece.
En los 3 mil años de historia que Londres ofrece han pasado tantos cambios que la historia parece contraponerse. Es inevitable. Los invito a venir a nuestro Gran Tour de Londres y vean todo esto de la mano de nuestros guías que sabrán relatar esto y mucho más.