Todos los países tienen en su historia a una figura arquetípica que encarna todas las virtudes de la cultura popular. Generalmente son personas que existieron pero, su imagen está rodeada de mitos, exageraciones y su tergiversación a través de los siglos con las variaciones de valores.
Brian Boru se puede decir que comparte un exclusivo club de héroes como Alfredo el Grande en Inglaterra, William Wallace en Escocia, Carlos Martel y Juana de Arco en Francia, El Cid Campeador para España, etc. Porque fue un héroe Irlandés que poseía todas las virtudes y falencias de su raza.
Y hablando de raza, mejor tocar el tema ahora porque esto es parte de la temática. El pueblo irlandés es en gran medida Celta; proveniente de la península Ibérica y de Gales. Habrán llegado unos mil años antes de Cristo. Pero en oleadas con mucho tiempo entre ellos generando divisiones. Vikingos provenientes de Noruega y Dinamarca que empezaron a invadir en el siglo VIII, Normando Franceses provenientes de Inglaterra luego de la conquista de Guillermo el Conquistador en 1066. También hay anglosajones que vivieron durante la edad media, pero la gran mayoría es celta.
Brian Boru es un joven Irlandés que nació en 941 AD en la zona de Killaloe cerca de la ciudad de Limerick en el oeste de Irlanda en el condado de Clare. Su padre era un cacique local y tenía 11 hermanos mayores. En ese momento el país estaba dividido en 5 provincias y estas en muchísimos pequeños reinados. Cada provincia tenía un Alto Rey que delegaba el poder a los reyes menores que se la pasaban disputando territorio entre ellos constantemente. Estas divisiones internas provocaron que a los Vikingos les resultara fácil conquistar y saquear. Y para cuando nace Brian ya llevaban 240 años de violar, robar y saquear monasterios.
Los Irlandeses tenían mucha influencia Cristiana, gracias entre otros a San Patricio que en el siglo V comenzó su labor evangelizadora. Muchos importantes centros monásticos servían a la vez de castillos y los vikingos eran netamente paganos con una propensión a la violencia extrema y sádica.
Infancia de Brian Boru
Cuando es muy joven su padre lo manda a vivir a un monasterio en la zona de Killarney donde lo adoctrinan en latín, el estudio de los evangelios y posiblemente su destino era de integrar la iglesia. Pero cuando tiene 10 años recibe la terrible noticia de que su padre fue asesinado en un enfrentamiento con vikingos.
Es llevado a vivir con sus hermanos y pobladores y comienza a aprender una vida diferente. A cazar, a luchar la típica lucha irlandesa. Una especie de lucha tipo greco-romana que además se complementa con el uso del bastón corto. En la guerra los irlandeses usaban como principal arma el hacha de mango largo y la lanza. Tenían unas espadas cortas estilo romana pero inferiores al sable de doble mango de los vikingos.
Y en el combate cuerpo a cuerpo eran inferiores en peso y estatura así que dependían mucho de estrategias engañosas, el conocimiento del terreno y el uso de su hacha larga que podía cortar una pierna de cuajo con un solo golpe. Se puede decir que eran guerrilleros. El arco y flecha eran parte de su arsenal y el uso de la honda también. No poseían máquinas bélicas.
Dependían mucho de ataques rápidos, la fuga y esconderse en el terreno. Pero era una vida muy dura y muchos morían jóvenes por hipotermia y desgaste físico.
Juventud de Brian Boru
A los 21 años ya se encontraba como líder de una pequeña banda que asaltaba posiciones vikingas. Acciones pequeñas pero molestas. En un momento su agrupación no superaba los 15 hombres. Pero estaba logrando objetivos y reputación. Esto atrajo la atención de su hermano que lo apoya. Un enorme evento en su vida. Poder ser reconocido por un superior y hermano a quien admiraba enormemente.
Para los 23 años Brian había demostrado ser un feroz e inteligente estratega. Muchas veces su técnica era simplemente azuzar un puesto vikingo con un pequeño grupo de guerreros. Cuando los vikingos los perseguían; huían al bosque donde los sorprendían en un lugar propicio con más guerreros. El simple juego de gato y ratón. Sus lecciones con los monjes le enseñaron que uno puede convertir una debilidad en una fuerza y que la principal debilidad de los irlandeses era su división interna. En estos momentos es cuando Brian enfoca todos sus esfuerzos en unificar a los bandos irlandeses en una causa; echar a los vikingos de sus tierras.
Curiosamente, al mismo tiempo que esto estaba sucediendo en Irlanda, el rey Alfredo el Grande estaba luchando de la misma manera y motivos en Inglaterra. Ambos líderes tenían una educación latina y cristiana. Los mismos valores los estimulaban y totalmente desconectados encontraron el mismo camino para derrotar a su común enemigo. Pero la cultura británica fue superior a la irlandesa en su propagación por el mundo, que implica que Alfredo sea mucho más famoso que Brian. Aunque ambos hombres compartían tanto en común.
En su educación eclesiástica, ambos hombres habrán oído la leyenda de David y Goliat. Como un pequeño adolescente ovejero derrota al gran campeón Goliat. David estudia a su enemigo, le encuentra el punto débil que era su frente, y le lanza una piedra con su primitiva honda. Le causa una contusión y pérdida de equilibrio a Goliat. Pero no lo mata con la honda. El mensaje es perfecto para animar a ambos hombres a lograr sus hazañas. Goliat pensaba que su gran armadura lo protegía, pero fue el peso de la misma la que lo hizo caer al suelo. Y el ágil David corrió hacia él y lo degolló con su propio sable.
Los vikingos a los que se enfrentaba Brian tenían la misma debilidad que los irlandeses. La desunión. Venían desde diferentes partes del mundo Vikingo y no paraban de traicionarse entre ellos. Cosa que reforzó el arsenal de ideas de Brian.
A los 27 años Brian y su hermano logran tomar la ciudad de Limerick que estaba en manos de los vikingos. Arrasaron con todo, pero en la contienda sufre una gran desgracia. Un rey rival a su hermano lo traiciona y lo mata. Brian entra en un estado de furia y dolor y persigue al traidor hasta que en un monasterio lo encuentra y castiga. Otra vez dos celtas peleándose entre ellos, la maldición de Irlanda. Lo más probable es que se pelearon por el reparto del botín y las tierras a controlar. A los 35 años Brian es nombrado rey de Munster. El cargo que había ocupado su hermano. Y es en ese momento que se obsesiona con la idea de unificar los reinos de Irlanda. Munster, Conaght, Meath, Leinster y Ulster. Entiende que la única manera de expulsar al vikingo es con una Irlanda unida. Y dedica los próximos 40 años a unificar los reinos uno por uno, y crear un pacto de lealtad y fidelidad detrás de su persona.
También encontró tiempo de entretener a 4 esposas, seis hijos varones y por lo menos 3 hijas reconocidas. Y hubo hijos adoptivos. Los descendientes de Brian Boru son todos los de apellido O’Brien. Y hoy deben ser unos cuantos millones dispersos por el mundo. A pesar de que no lo sepan.
El ocaso de Brian Boru
A los 73 años Brian se enfrenta en Dublín a una gran invasión en su contra. Producto de una alianza entre el rey de Leinster y el rey vikingo de Dublín. Esto es la prueba de que lo que había logrado Brian es la lealtad pero no la sumisión de los reyes. Debido a su edad los reyes codiciosos pensaron que lo podía destronar.
Los vikingos atacan otra vez y con grandes números de combatientes. Brian tiene que hacer lo impensado; porque un hombre de acción hace en el momento lo que las circunstancias le demanden. Contratar mercenarios vikingos para aumentar su ejército.
Logra un numeroso ejército de leales irlandeses y mercenarios vikingos a los que les promete botín de guerra. Se da la batalla de Clontarf a pocos kilómetros de Dublín. Un evento muy confuso que todavía se está estudiando. Quien estaba de qué lado, y surgen teorías enfrentadas. Obviamente los datos no son muy precisos. Lo que se sabe es que la batalla fue una victoria y una derrota para Brian. Pierde varios hijos y hasta por lo menos un nieto en el enfrentamiento.
Observa los movimientos desde una colina, pero en un momento un grupo de vikingos que huían de la contienda se tropiezan con Brian que estaba rezando y agradeciendo a dios su victoria. Todavía no sabía que había perdido hijos… Lo matan de una manera muy cruel. Como no podía ser de otra manera con estos bárbaros.
Brian Boru el rey que unificó Irlanda entera por primera vez, y la libra de sus enemigos internos y externos muere un viernes santo de 1014… Dublín vuelve a manos de su rey vikingo y los hijos de Brian no heredan el trono. Irlanda quedó en poder de un nuevo alto rey. Pero más una figura que una realidad fáctica.
Nunca más en la historia, Irlanda estuvo unida bajo un solo mando común. Hubo invasiones inglesas y dominio desde Londres. El pueblo fue sometido pero nunca fue dominado ni mentalmente ni moralmente. El espíritu de libertad e independencia quedó intacto para siempre.
Recientemente, un viernes santo de 1998, el gobierno británico y todos los partidos políticos de Irlanda se ponen de acuerdo de cómo será gobernada Irlanda y dan fin a décadas de terrorismo por parte de las fuerzas opuestas: el gobierno británico y el ejército republicano de Irlanda; IRA. El espíritu de Brian Boru estaba presente en ese momento.
El arpa de Brian Boru
En 1922 cuando se constituye el gobierno autónomo de Irlanda, luego de muchas acciones de terrorismo, un instrumento musical pasa a ser símbolo nacional. El arpa. Brian era un amante de la música y cuenta la leyenda que su arpa era el instrumento favorito y con su muerte un arpa paso de Irlanda a Roma y vuelta a Irlanda vía Henrique VIII de Inglaterra.
Irlanda es el único país del mundo en tener un instrumento musical en su bandera. El arpa de Brian está en el Trinity College junto con ejemplos de los evangelios que él estudiaba.
Ahora bien, si esta es el arpa de Brian o una versión posterior, es parte del misterio y es otro matiz del hombre mito versus el histórico. Lo más posible que sea un arpa del 1400.
Mitos creamos todos. Los necesitamos para equilibrar nuestra fe en valores morales y armar nuestro relato a gusto. Y es inevitable que los historiadores intenten desmitificar los relatos, y en ese acto curiosamente redactan nuevos mitos. Es como se ganan su cuarto de hora de fama.
Conoce Irlanda a través de nuestros circuitos regulares con salida desde Dublín para empaparse de esta gran leyenda y ¡muchas más!
Agradecemos a Hector Messuti, desde argentina, su aporte en la producción de esta nota.